Mi viaje continuaba en este largo día, atravesando territorio Samis. No podía despegar mi mirada del paisaje. El verde de la naturaleza en estado puro, la transparencia de las aguas de ríos, cascadas, lagos.. el plomizo y celeste del cielo... y como no, las múltiples señales avisando de que podía encontrar renos en la carretera.
Durante bastantes kilómetros apenas me crucé con coches y no recuerdo ver pasar ningún camión. La carretera volvió a sorprenderme. Durante muchos kilómetros, parecía las carreteras de los dibujos animados con sus subidas y bajadas. El viaje por ellas no se hacía aburrido.
Crucé la frontera de Finladia con Noruega y después de pasar por Karasjok, llegué al Sapmi Park. Allí, muchas y divertidas vivencias imaginando como pudo ser la vida antaño y conociendo como es su vida cotidiana en verano y en invierno, a través de un bello audiovisual, viendo los distintos tipos de construcciones, como trabajan la lana, como son por fuera y por dentro los lugares en los que viven, su ropa... el intenso olor a leña cortada que portan entre sus brazos, los chic@s con los que tuve la suerte de coincidir... Todo era un placer para mis sentidos.
¡¡¡Y una vez más, las risas al practicar con el lazo para coger a los renos!!!
...CONTINUARÁ...
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