domingo, 13 de marzo de 2011

SIRIO

...en un lugar del desierto, antes de llegar a Palmira, me detuve a vivir unos minutos de la cotiniedad de un grupo de personas en ese lugar...la inmensa hospitalidad de sus habitantes fue maravillosa...pude sentir en mi piel, el tacto de la ropa que utilizan las mujeres del lugar...cuando paseaba alegremente vestida como ellas, alrededros de la jaima, él levantó su mirada muy sorprendido...jugaba con un amigo...sus manos estaban amasando  la rojiza arena del desierto, mezclada con un pequeño hilo de agua, que se escapaba de uno de los depósitos de agua...luego llegaron las risas, las miradas...

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