#CRÓNICA 36 #SVOLVAER

#Crónica 36. #Svolvaer.

Las islas Lofoten se caracterizan por sus montañas, picos, isletas al abrigo del las aguas abiertas del océano, playas y grandes áreas vírgenes. Al igual que casi toda la costa noruega, su geografía se encuentra profundamente recortada por fiordos. Las principales ciudades de Lofoten son Leknes, en Vestvågøy, y Svolvær en la isla de Vågan.

Svolvær es el centro administrativo del municipio de Vågan, en la provincia de Nordland. Se encuentra en una latitud bastante elevada, por encima del Círculo Polar Ártico. Se separó de Vågan como ciudad y como municipio independiente en 1919, pero el 1 de enero de 1964 volvió a formar parte de Vågan.

Llegar a este maravilloso pueblo al atardecer, fue un verdadero placer para los sentidos. El intenso olor a mar, el color de los barcos y de sus casas rojas reflejadas en el agua, hacían de este recorrido por el puerto, uno de los momentos bellos de mi estancia en Svolvaer. 

Me gustaban algunos detalles marineros que encontraba en mi lento caminar.  Y esa tarde, también pude ver una maravillosa escena protagonizada por ella, cuando se comía un cangrejo.

Por doquier, estaban esos palos inclinados, que formaban las tradicionales estructuras de maderas, que utilizan en invierno los pescadores para secar el bacalao y que ahora en verano, permanecen desiertos, dando al paisaje un punto de imaginación. En primavera, los peces capturados se cuelgan en estas estructuras, para que se sequen con la brisa marina. En verano se recogen y se venden.

Me gustaba ver los distintos tamaños, pero sobre todo, me sorprendían los lugares en los que estaban algunos de ellos situados. 

En este puerto, tuve la suerte de ver los distintos tipos de embarcaciones que surcan sus aguas. Lanchas motoras que transportan a los turistas a ver las ballenas, distintos tipos de barcos de pesca y recreo y por supuesto, los Ferrys que transportan a personas y vehículos de unos lugares a otros.

Quedé atrapada, durante bastante rato, en el sonido de la sirena del barco. Y allí permanecí, sin perder detalles de todo el proceso de llegada, atraque, partida....

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#CRÓNICA 35 DE #HENNIGSVAER A #SVOLVEAR #ISLASLOFOTEN

#Crónica 35. De #Hennigsvaer a #Svolvaer.

Con mis retinas plenas de color y muy contenta por los bellos momentos vividos y sentidos en Hennigsvaer, emprendía el camino que me llevaría a Svolvaer. Nuevamente me deleitaba con el agua y sus colores y con la hermosura de esa playa que encontré en el camino. El paisaje seguía cautivando mi mirada.

La tarde seguía gris, cuando llegué a este bonito lugar, en el pueblo de Kabelvag en la Isla de AustVagoya, en el que está enclavada la Catedral de las Islas Lofoten. 

A esta majestuosa catedral y famoso monumento de las Lofoten, se la denomina Vagan Church. Está hecha de madera y es la segunda iglesia más grande de Noruega. El entorno en el que está situada, con bellas vistas sobre el mar, es muy hermoso. 

Fue construída en 1898 con unas dimensiones tan grandes, para poder atender la gran afluencia de pescadores que iban a las islas en la temporada de la pesca del bacalao.

No pude visitarla por dentro porque a esa hora, ya estaba cerrada. Pero recorrí su perímetro, no sin sorprenderme a cada paso que daba.

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#CRÓNICA 34 #HENNIGSVAER #ISLASLOFOTEN

#Crónica 34. #Hennigsvaer.

Recorrer estas Islas, atravesando los hermosos puentes que las conectan, hasta llegar a este maravilloso pueblo de pescadores, había sido muy emocionante. 

Las Islas Lofoten forman un archipiélago que está situado en la provincia de Nordland en Noruenga, por encima del Círculo Polar Ártico. El nombre de Lofoten procede de "LO" que significa LINCE y de "FOTEN" que significa PIE.. 

La cadena de islas con sus picos puntiagudos parecen pies de lince desde tierra firme. Otro nombre que recibe es Lofotveggen, «el muro de las Lofoten». El archipiélago parece un muro cerrado cuando se observa desde lugares elevados cerca de BODO, con 100 km de longitud, y entre 800-1000 m. de altura. 

Lofoten se sitúa entre los paralelos 67 y 68 de latitud norte. Son islas conocidas por su gran belleza natural. 

Recorrer las calles y cada rincón de Hennigsvaer, fue un auténtico placer. Mi caminar era lento. Disfrutaba con la naturaleza del lugar y con los hermosísimos rincones y coloridos detalles, que encontraba a cada paso. Infinidad de imágenes las captadas por mi cámara. Me gustaba todo: el color de sus puertas, ventanas, bancos, las flores, la arquitectura de sus casas...

Descubrí un hermoso taller de soplado de vidrio con creativos objetos que me quedé con ganas de comprar. Pero, a los ya carísimos precios de Noruega, se unía el precio del arte. Me conformé con contemplar cómo trabajaban y en recorrer la zona de tienda con todos esos hermosos cristales de colores.

Su puerto que en invierno está repleto de barcos y de vida, en esta época del año, permanece muy tranquilo. Pocos barcos y algunas artes de pesca, me hacen imaginar estampas de invierno y frío, en estas heladas aguas. Al cerrar mis ojos, fui capaz de escuchar el sonido de la naturaleza y el de la brisa  entre los barcos. 

El tiempo como siempre, pasó tan rápidamente, que cuando quise darme cuenta, ya era la hora de partir rumbo a Svolvaer. Pero antes de marcharme, una última mirada a este entorno fascinante, que tanta energía y felicidad me estaba aportando. Sus bicicletas, sus casas, su puerto... siempre lo recordaré.

...CONTINUARÁ...