#Crónica 29. Tromso camino a Gryllefjord.
Empecé otra maratoniana jornada por tierras laponas.
Este día también me tocó madrugar. A las cinco y media de la mañana, sonaba el reloj, dando paso a un día nublado. Antes de las siete de la mañana, ya partía rumbo a Gryllefjord. La salida de Tromso, dejaba imágenes alucinantes. maravillosas simetrías de las que no podía apartar mi mirada.
Recorrer estos lugares, por carreteras desiertas, era muy sorprendente. Ya era una constante en este viaje, quedarme pegada al paisaje y no dejar de fotografiarlo. Hasta el nublado, que normalmente no me gusta, me atraía. Disfrutaba con las montañas nevadas aún en verano y con el deshielo que daba paso a torrentes y bellas cascadas.
El maravilloso paisaje de aguas calmas, con simetrías y colores fríos, era roto por el rojo de las casas de maderas, que una y otra vez, me llevaban a mi infancia. Mis dibujos de las casas, eran exactamente como éstas que ahora encontraba a lo largo de mi camino.
Atravesé diversas ciudades, pueblos. Disfruté con sus puertos, con las diminutas casas a lo lejos, en las orillas...
Atravesé este impresionante y largo puente, que me brindó la posibilidad de admirar y fotografiar, desde distintos ángulos, con diversas perspectivas el paisaje. Y cuando llegué al otro lado, realicé la primera parada de este día. También el puente me sedujo y seguí disfrutando con las fotografías.
Antes de partir, nuevas miradas a esa inmensidad de paisaje, a los colores del agua, a los reflejos...
...CONTINUARÁ...
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